Irminsul, el Dios ancestral de los sajones
- Operación Eclipse
- 1 oct 2018
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 7 nov 2018

Casi en la misma proporción que al Sol, al Fuego y al Agua, los antiguos
hicieron tributo de adoración a los árboles, a los que consideraron símbolo
de la perpetua renovación de la naturaleza y del propio poder de ésta,
manifestado en el espíritu morador de cada árbol.
Entre los pueblos nórdicos y los anglo sajones, el árbol adquiere una
dimensión cósmica que lo eleva al mundo de los dioses, asimilándolo a los
grandes pilares que sostienen al universo.
El símbolo que muestra la portada de “Operación Eclipse” es la
representación del roble sagrado de Irmin, el dios sajón venerado por los
guerreros de las tribus germánicas, en particular la tribu de los Herminones.
Hay quienes afirman que Irmin es el más antiguo dios de los germanos,
emparentado, en sus orígenes, con el árbol gigante Yggdrasil de los
escandinavos, que unía a los diferentes niveles del universo y que
garantizaba la vida en todos ellos. Tanto el Irminsul (Pilar de Irmin) como
el Yggdrasil estaban representados por árboles gigantes.

Irminsul fue venerado en la región de Renania, en donde se le había erigido
un magnífico templo sobre un ancestral complejo megalítico en el bosque
de Teutoburgo. Algunas antiguas fuentes germanas describen que Irminsul
estaba representado por una columna de piedra en forma de árbol alrededor
de la cual se presentaban los guerreros en sus cabalgaduras. Luego
descabalgaban y, arrodillados frente al pilar, se encomendaban al designio
de los dioses. De hecho, para los sajones, Irmin representaba el puente
entre la Tierra y el Cielo.
El culto a Irmin se pierde en la noche de los tiempos, pero el poder que
emanaba de su divinidad era tan grande que representaba una barrera al
cristianismo y a las intenciones de Carlomagno de unificar su imperio bajo
el estandarte de la Cruz. Es justamente el documento conocido como
Crónicas de Carlomagno, el que describe cómo éste, en plena campaña
para la expansión de sus territorios, decidió destruir el Irminsul en el año
772 con la intención de infligir un duro castigo a los sajones que se
negaban a someterse a su autoridad.
Para ellos llevó a sus ejércitos hasta el bosque de Teutoburgo e hizo
derribar el gran Pilar de Irmin construido sobre el complejo megalítico que
justamente se destaca por estas columnas de roca que asemejan enormes
robles.

Se sabe que los nazis llevaron a cabo minuciosas excavaciones en el
emplazamiento del templo de Irmin del cual se tiene conocimiento de que
fue un lugar de culto desde tiempos prehistóricos. Lo que allí encontraron
forma parte de la trama de “Operación Eclipse”, un hilo que une la Tierra y
el Cielo, como el fresno gigante Yggdrasil.
Resulta extraño el hecho de que los emperadores de la dinastía carolingia
temieran la influencia de esta tradición de los grandes árboles–pilares. No
solo se encuentra referencia a este combate en las ya mencionadas
Crónicas de Carlomagno sino en la pluma de muchos otros cronistas, como
es el caso de Adán de Bremen, quien en el siglo XI escribió acerca del
peligroso poder del árbol sagrado de Upsala del que se cree que tiene
relación directa con el Pilar de Irmin.
La supervivencia de este culto, así como la resistencia ofrecida por quienes
lo adoraban queda expuesta en el hecho de que, luego de que fuera
destruido el templo en Teutoburgo, Carlomagno envió a sus talladores a
que esculpieran en la piedra un bajorrelieve que recordara a todos cuál era
la nueva fe. En efecto, puede observarse hasta el día de hoy dicho
bajorrelieve en el cual se observa a Carlomagno recibiendo el homenaje de
los sajones derrotados con el trasfondo de una enorme cruz. Lo curiosos es
que quienes esculpieron la piedra se aseguraron de preservar, disimulado en
el propio trono del emperador, la imagen de Irminsul.
Comentários