La trama islámica en Operación Eclipse
- Operación Eclipse
- 25 dic 2018
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El argumento central de “Operación Eclipse” se desarrolla en medio de una tensión creciente entre las monarquías islámicas del Golfo Pérsico y las potencias occidentales. Sin embargo también forman parte de la trama otros países islámicos no árabes tales como Turquía e Irán. Desde luego Israel es un factor central en la historia en la que se ven expuestos los principales puntos de conflicto en Medio Oriente.
El Islam no es hoy un bloque monolítico sino un mosaico en el cual conviven –y a su vez mantienen graves conflictos– diversas ramas de la primitiva religión del Profeta. Estas divisiones se ven claramente en los conflictos actuales de Siria, Irak y Yemen, pero sus orígenes se remontan a los primeros tiempos.
La historia de la división del islam entre sunitas y chiitas se inició tras la muerte del profeta Mahoma, en el año 632 después de Cristo, cuando sus seguidores empezaron a cuestionarse quién sería su sucesor en el Gobierno del califato islámico. Algunos argumentaban que el poder debía designarse por gracia divina y que un parentesco familiar con Mahoma era más que una señal para elegir al futuro líder. En ese sentido, ese pequeño grupo creía que el mejor postor para el califato era Alí, primo y yerno de Mahoma.
Otros expresaron su desacuerdo con el privilegio exclusivo de los sucesores de sangre del profeta. Según ellos, la cabeza del Califato debía ser elegido por la mayoría de los miembros de la comunidad musulmana. Esta posición fue explicada con extractos de la Sunna, un libro que contiene las palabras de Mahoma y sus seguidores. Por esta apelación a la Sunna, el bando fue nombrado "sunitas".
En la actualidad el 85 % de los musulmanes es sunita, mientras que el 10 % es chiita. Un 5 % corresponde a sectas minoritarias. Los sunitas son mayoría en Arabia Saudita, Afganistán, Pakistán, Jordania, Kuwait, Yemen, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Túnez, Catar, Libia, Turquía y Siria. En tanto que los chiitas conforman la mayor parte de la población en Irán, Azerbaiyán, Barhéin, Irak, Líbano.
Los sunitas consideran que su primer líder tras la muerte de Mahoma fue Abu Bakr, el suegro del Profeta, y reconocen a los tres primeros califas justos: Umar, Uthman y Alí (Ali ibn Abi Talib). Como contrapartida los chiitas solo reconocen como sucesor de Mahoma a Ali ibn Abi Talib, el primo y yerno del Profeta. No reconocen la legitimidad del gobierno de los tres primeros califas justos.
La subrama más importante del sunismo es la de los wahabíes (también llamados “salafistas”. Por su lado el chiismo está subdividido en numerosas subramas tales como los imamíes, alauitas, ismaelitas, drusos y los zaidíes.
Principales diferencias entre ambas ramas
La doctrina del imanato (el culto a los imanes) es una característica clave del chiismo y el principal desacuerdo con el sunismo. Así, los chiitas creen que esos líderes espirituales son infalibles en todos los asuntos, actos, principios y creencias y que son los intermediarios entre el pueblo y Dios. Los chiitas esperan la llegada del duodécimo imán, que se convertirá en líder musulmán —el Mesías—, capaz de instalar el Reino de Dios en esta tierra pecaminosa.
Para los sunitas esta concepción es ajena, ya que sostienen el concepto de adoración directa de Alá, sin intermediarios. El imán, desde su punto de vista, es una figura religiosa ordinaria. La importancia que los chiitas conceden al papel de los imames y Alí y pondría en duda el lugar del propio Profeta Mahoma. Por ello, los sunitas creen que los chiitas se permitieron introducir en el islam innovaciones "indebidas".
Los más importantes lugares de peregrinación son la mezquita Masjid al Haram en La Meca, la mezquita del Profeta en Medina —ambas en Arabia Saudita— y la mezquita de Al Aqsa, en la explanada de las mezquitas de Jerusalén. Estos son los tres destinos sagrados de peregrinaje para los sunitas. Los chiitas también peregrinan al mausoleo del imán Hussein en Karbala (Irak).

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