Operación Eclipse: ¿Ciencia ficción o anticipación?
- Operación Eclipse
- 5 jul 2019
- 4 Min. de lectura

Desde que la ciencia ficción se convirtió en un género literario abundan los ejemplos en los que la creatividad del escritor terminó siendo anticipatoria de acontecimientos claves de la historia reciente de la humanidad.
No es algo que ocurra a menudo, pero hay decenas de ejemplos que podrían demostrar que a veces esta conexión entre la ficción y el mundo real resultan sorprendentes. En algunos casos el tiempo transcurrido entre la obra anticipatoria y el suceso es extenso. Podríamos mencionar las predicciones de Julio Verne (De la Tierra a la Luna), o H. G. Wells, George Orwell y Aldous Huxley que se adelantaron a los grandes cambios tecnológicos y sociológicos que tendrían lugar en el siglo XX. Pero hay otros casos en los que el tiempo que separa a la novela y el hecho plasmado en la vida real se achica, como si aquello que fuese a suceder estuviera flotando en una esfera cercana a la realidad misma.
Operación Eclipse parece entrar en este último tipo de obra anticipatoria, pues al momento de su publicación se han acelerado algunos procesos que J Nicholas Ciano ya tenía en mente cuando escribió el guión original tres décadas atrás: ¿Un nuevo tipo de armas podría superar y hasta anular el poder de los artefactos nucleares? ¿Podría la física de partículas ser la puerta de entrada a un universo paralelo? ¿Acaso ya se ha encontrado evidencia definitiva de una intervención directa de inteligencia alienígena en nuestro planeta y aún no nos lo dicen?
En los últimos meses se han conocido datos inquietantes: Los Estados Unidos han puesto en marcha la creación de una nueva rama de sus Fuerzas Armadas, específicamente orientada a la defensa espacial (un eufemismo que evita hablar directamente de posible amenaza extraterrestre). El propio Donal Trump, en un hecho inédito, admite haber tratado el tema UFO a máximo nivel y afirma confiar en los testimonios de numerosos pilotos de combate que han perseguido “naves intrusas” que poseen tecnología imposible de interceptar. Hay cambios geopolíticos cruciales en el Mediterráneo Oriental y la situación se asemeja a la crisis que Ciano describe en su novela.
No es extraño. En un artículo publicado en “La Gaceta” de Tucumán, años atrás, los periodistas Fernando López-Alves y Daniel Dessein mencionaban el caso paradigmático de Tom Clancy narrando cómo un avión piloteado por terroristas atacaba territorio norteamericano, siete años antes de los acontecimientos de las Torres Gemelas. En efecto –recuerdan López-Alves y Dessein–, en su novela "Deuda de honor" Clancy describe cómo un piloto suicida estrella un Boeing 747 contra el Capitolio (el probable blanco del avión que -en la realidad- se estrelló en Pennsylvania). El libro ocupó el segundo puesto en la lista de best sellers norteamericanos de 1994. Aquello que Condoleezza Rice había calificado como inimaginable (el uso de aviones comerciales como misiles) finalmente había sucedido. Más impactante aún es una nota aparecida en la Revista Vice, de 1994 acerca del fallido ataque a las Torres mediante la explosión de un camión en el subsuelo. Ver la ilustración de esa nota, escrita siete años antes de 11S es escalofriante. [1]
Podríamos seguir mencionando infinidad de casos a los que podrían tildarse de ¿Anticipatorios? ¿Proféticos? Lo cierto es que para quien haya leído Operación Eclipse, muchos de los acontecimientos que están sucediendo a lo largo del globo pueden no ser tan inesperados. De lo que podemos estar seguros es de que, en el caso de Ciano, no se trataría de profecías auto cumplidas, como suele suceder con muchos hechos descriptos en libros de ciencia ficción. En ciertas ocasiones –especulan López-Alves y Dessein–, “al moldear expectativas o creencias en una sociedad, la ficción puede sentar las bases de una profecía auto cumplida. Al especular sobre el futuro, lo estamos construyendo.”
En todo caso, lo que llama la atención en Operación Eclipse es la coincidencia de acontecimientos casi simultáneos con la publicación de la novela. El fenómeno se asemejaría a ciertos momentos de la historia de la ciencia en que personas o equipos de investigadores diferentes “maduran” la misma revelación al mismo tiempo.
Es notorio –por ejemplo– que el cálculo infinitesimal haya sido desarrollado simultáneamente por Newton y por Leibniz, que trabajaban de forma independiente, lo que dio lugar a una fuerte polémica. Algo parecido sucedió en tiempos recientes respecto de la controvertida paternidad del SIDA; recordemos que el descubrimiento del virus enfrentó a dos científicos. En 1983 el francés Luc Montagnier anunció el aislamiento de un virus posible causante del SIDA. Un año después, el estadounidense Robert Gallo hacía lo propio. Ambos virus resultaron ser idénticos. La polémica llegó a los presidentes de ambas naciones. La simultaneidad de los descubrimientos muestra como los mismos no se limitan a la individualidad de un hombre de ciencia, sino que se producen en un contexto social que favorece su maduración. Pero hay otro factor posible y es simplemente que ha llegado el tiempo en que las cosas debían suceder.
Algo parecido ocurre en el mundo de las letras, solo que en vez de darse en el contexto de un laboratorio en donde rige el método científico aquí se juegan otros elementos entre los cuales la intuición parece jugar un rol mayor. Esa intuición es lo que hace de J. Nicholas Ciano un escritor de anticipación en el campo de la ciencia ficción.
[1] Créditos de la imagen: Johnny Ryan; Revista Vice VIN3 1994
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