top of page
Buscar

Pozos Superprofundos: ¿Investigación científica o arma letal de destrucción masiva?

Las tres grandes potencias militares, Rusia, Estados Unidos y China han llevado a cabo proyectos audaces con el objetivo de alcanzar la litósfera, que es la capa externa y rígida de la Tierra, de profundidad variable entre los diez y los cincuenta km, constituida básicamente por silicatos e integrada por la corteza y parte del denominado “manto terrestre”. Estas investigaciones están rodeadas del más estricto secreto y se sabe que en ellas se llevan invertidos cientos de miles de millones de dólares.


La más antigua de estas perforaciones es conocida como “El Pozo Superprofundo de Kola”, también codificado con la enigmática denominación de SG-3 y desarrollada por los rusos. Su construcción comenzó en la década del setenta, en plena Guerra Fría, y desde un principio concitó las sospechas de los Estados Unidos.


Los rusos le dieron al proyecto carácter de Secreto de Estado, pero la CIA y otras agencias de inteligencia sabían que estaba situado en la región de Múrmansk, a diez kilómetros al oeste de la ciudad de Zapoliarni, en el territorio del escudo báltico. Los rusos alcanzaron una profundidad de doce mil doscientos sesenta y dos metros.


Los servicios secretos americanos concluyeron rápidamente en que no era un pozo hecho para buscar petróleo sino para investigar la litosfera. Pero la industria petrolera, interesada en conocer las técnicas empleadas por los rusos para alcanzar tales profundidades, puso el ojo de inmediato.


Se cree que el pozo podía esconder la intención de experimentar con el impacto de detonaciones nucleares en la corteza interior de la Tierra. Las evidencias de esta condición experimental eran inquietantes. Los servicios secretos británicos habían llegado a la conclusión de que, a diferencia de otros pozos profundos que se habían hecho para tareas de investigación y exploración, la finalidad del SG-3 era la investigación de la litosfera en una zona de transición entre la corteza y el manto terrestre, el lugar donde la llamada discontinuidad de Mohorovičić se acerca a la superficie de la Tierra.


La discontinuidad de Mohorovičić se sitúa a una profundidad media de unos treinta y cinco kilómetros, pero los rusos descubrieron que en Kola se encuentra a escasos doce kilómetros de profundidad. ¿Cuál era el objetivo de este proyecto ruso? El proyecto original había sido elaborado en 1962 por el Consejo Científico Interdepartamental para el estudio de la Tierra con sede en Moscú. Los científicos rusos creían que la discontinuidad de Mohorovičić podía actuar como un amplificador de las ondas sísmicas. Una bomba nuclear detonada a esa profundidad, sobre una placa de basalto,

podía resultar en terremotos catastróficos en toda Europa.


Pronto los Estados Unidos siguieron la huella de los rusos y comenzó una frenética carrera por alcanzar la litósfera por parte de los norteamericanos. Esta vez el proyecto se denominó “Pozo superprofundo Mohole”, cuya finalidad era penetrar bajo la corteza del Océano Pacífico en las costas de México. Hubo infinidad de operaciones de inteligencia por parte de los Estados Unidos para convencer a los soviéticos de que el pozo y el proyecto se habían abandonado. Sin embargo todo hace pensar que el se trasladó a la zona de Alaska y que todavía se trabaja en él.


El principal escollo en las investigaciones, tanto de los rusos como de los americanos fue lidiar con las temperaturas, que a mayor profundidad de los diez mil metros alcanza los doscientos grados de temperatura.


En cuanto a China, las investigaciones permanecen en el mayor hermetismo, aunque se han detectado explosiones termonucleares en territorio Chino, más profundas que cualquier otra realizada por las demás potencias nucleares. Es interesante el hecho de que los chinos hayan sido los precursores de los pozos superprofundos. Prueba de ello es el que existe en la provincia de Sichuan, una de las maravillas tecnológicas del mundo: el pozo de Xinhai. No sólo destaca por su antigüedad de más de ciento cincuenta años y su profundidad de mil metros, sino que es el logro de una industria que inventó la perforación a gran profundidad cuatro siglos antes de que los europeos empezasen a practicarla.


El dominio de la perforación de pozos superprofundos es una de las claves que despliega la trama de “Operación Eclipse”. En este caso, se trata de uno que puede partir al medio al propio planeta.

Exterior del Pozo Superprofundo de Kola / RIA Novosti

 
 
 

1 Comment


Mariana Benchimol
Mariana Benchimol
Dec 16, 2018

Me encantó tu historia

Like

Recibí novedades!

© 2018 - Operación Eclipse - J. Nicholas Ciano

  • Facebook
  • Mail
bottom of page